Lo cierto es que en la Argentina la mayoría de los bienes y servicios han experimentado incrementos en sus precios durante los últimos años y los valores de los inmuebles no han sido la excepción. Durante varios años el aumento de los precios de las viviendas superó holgadamente la inflación general, aunque al menos en los últimos dos años haya sido por el contrario la inflación minorista la que aventajó a la actualización de los valores inmobiliarios.
Aunque la inflación no debe ser asumida como un fenómeno favorable para nadie, como las actualizaciones de precios no son homogéneas en los distintos rubros y para los diversos actores de una economía, sucede que en términos nominales algún sector, rama o actividad supera los incrementos de otra obteniendo un mejor posicionamiento relativo que en un período anterior. Si bien igualmente una actualización de precios puede no implicar una mejora en términos de poder de compra real con respecto a todos los bienes o servicios o al conjunto de los consumidos por determinada persona, familia o empresa, puede resultar en un mejor poder adquisitivo con respecto a uno o varios productos o servicios.
Así, durante el último año, el salario medio tuvo un incremento nominal superior al de los valores de las viviendas. Obviamente debido a que los inmuebles son activos de un alto valor final esta mejora no se traduce directa o inmediatamente en la posibilidad de compra concreta de una propiedad, pero si mejora su relación de endeudamiento para acceder a una hipoteca y la capacidad de pago de cuota si es acompañada por financiación.
Pero precisamente y debido a las condiciones inflacionarias y legales vigentes, resulta aún complicado y poco rentable instrumentar líneas crediticias hipotecarias para la compra de una primer vivienda para las entidades que componen el sistema financiero privado en Argentina. No obstante la mejora nominal de la relación salario/m2 en conjunto con una estructuración financiera responsable y estudiada aparece incipientemente como una oportunidad para incorporar nuevos compradores de vivienda. Algunas experiencias en este sentido ya se están instrumentando sobretodo en el interior del país.
En otro orden, surge de la comparación de la evolución de los valores de venta de las viviendas y los costos que insume su construcción, una notoria ventaja de estos últimos con respecto a la actualización del precio de las viviendas nuevas. De este modo, con un escenario de valores de tierra sostenido e incluso en aumento resulta evidente que ese diferencial debe ser amortiguado resignando rentabilidad.
Informe completo de lectura para usuarios abonados. Incluye comparación de valores de inmuebles en $ arg y U$S VS IPC (ínidice de precios al consumidor) VS salario privado registrado VS Indice costo construcción CAC e inflación de EEUU.
© ReporteInmobiliario.com, 2003-2011, miércoles 31 de agosto de 2011