Hace unos días atrás, cuando la suba del dólar comenzó nadie imagino que íbamos a llegar a la cotización actual rozando casi los 30 pesos. Día a día el mercado se fue enfriando haciendo desaparecer el ímpetu que se había logrado estos dos años vía confianza y crédito hipotecario. Quien pensaba en comprar con cash hoy espera y quien soñaba con un crédito hipotecario está hoy decepcionado y descincentivado.
Lo cierto es que hasta que esto no aclare, y aclarar significa de mínima tener un panorama de cúal será el nuevo nivel del dólar, la gente no volverá al mercado.
Ya hemos tenido situaciones similares pero con devaluaciones más abruptas, por lo que más rápidamente se fueron acomodando los actores a las nuevas realidades que nos ofrecía la economía.
Hoy “estamos en el medio de la turbulencia”.
Cuanto durará esta vez la agonía? Parecería que nadie lo sabe, y eso preocupa.
De lo único que sí tenemos certezas es que los dueños, inmobiliarias y constructores que decidan no bajar los precios ante este escenario, serán los que no vendan. Quienes bajen el precio, seguramente tendrán más posibilidades de vender. Y los que tomen la iniciativa obviamente más posibilidades aún.
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