La compra de una vivienda por un asalariado resulta hoy más complicada que hace 14 años, antes de la crisis de la convertibilidad
Actualmente, tomando valores cercanos a los de concreción para departamentos de dos ambientes usados en edificios sin amenities en distintos barrios de la ciudad de Buenos Aires, la cantidad de años de sueldos que deberían aplicarse para la compra de la unidad es en casi todos los casos más del doble de la que insumía en 2001.
El dato no es nuevo. Aparece a partir de la traumática salida de la convertibilidad, que provocó una caída inicial más profunda de los salarios que los precios de las propiedades medidos ambos en dólares por la nueva paridad cambiaria imperante en 2002. El ajuste inicial fue seguido por un continuo proceso de incorporación de demanda inversora impelida por escapar del corralito bancario y por el cimbronazo que significó la pérdida de opciones que mitigaran la inseguridad generada por la crisis, la devaluación y la restricción a la propiedad de los ahorros bancarizados.
El ímpetu del inversor con los excedentes de capital necesarios como para comprar propiedades no se mitigó; continúo de la mano de la soja , del crecimiento general de la economía y de la seducción de los modelos de venta desde el pozo. El frenesí inversor impulsó los precios de las propiedades muy por encima del crecimiento de los salarios.
Con matices, con algunos puntos más altos y otros más bajos, así funcionó el mercado hasta fines de 2011. El desdoblamiento cambiario a partir de las restricciones de acceso al mercado oficial de cambios impuestas en noviembre de ese año y el pertinaz sostenimiento de los precios que sufrieron sólo magras rebajas en comparación con la devaluación que acusó el peso, hicieron el resto como para llegar a esta mitad del 2015 con esta fuerte depreciación del poder de compra inmobiliario del salario.
El aumento de la brecha entre el salario y los valores de las propiedades, como se ve no empezó recientemente y en varias oportunidades ya en 2004 y 2005 advertíamos sobre esta situación. “La casa propia cada vez más lejos” – Abril 2004 , “Ingresos y acceso a la vivienda” – Mayo 2005
Ahora bien, nadie, en ninguna parte del mundo, salvo un minúsculo grupo de altísimos ingresos, compra su vivienda a partir de un ingreso mensual y por cierto el esfuerzo salarial actual que hay que destinar en muchos de los países donde un asalariado compra su casa no es más ventajoso que en la Argentina, pero para hacerlo cuenta con un aliado indispensable: Crédito.
© ReporteInmobiliario.com, 2003-2015, lunes 27 de julio de 2015ENCONTRÁ DEPARTAMENTOS EN VENTA Y ALQUILER EN EL BUSCADOR DE REPORTE INMOBILIARIO
