¿Cuáles son las variables que, a raíz de este nuevo contexto, se ven más afectadas en el mundo de los negocios inmobiliarios? Dado que nuestro mercado opera básicamente motorizado por inversores, no por usuarios finales, los cambios de tendencia a nivel macro impactan rápidamente en los agentes del real estate, híper sensibilizados por este tipo de cuestiones. Pero además, como los emprendimientos no se financian con grandes fondos de inversión ni con préstamos bancarios, sino con el aporte de miles de ahorristas que han optado, los últimos años, por resguardar su capital en ladrillos y no en dólares ni en activos financieros, la gran pregunta que cabe hacerse, entonces, no es qué decisión tomará el gran inversor, sino el más masivo, el comerciante, el industrial o el profesional con capacidad de ahorro, ante el cambio de paradigma que estamos viviendo.
Históricamente, un dólar barato en Argentina trajo como consecuencia inmuebles caros y viceversa. No hace falta ser un inversor sofisticado de Wall Street para saber que no conviene comprar caro y vender barato, y por eso, una parte importante de los potenciales inversores de proyectos inmobiliarios, hoy prefieren comprar dólares y no departamentos en pozo o en fideicomisos al costo. Esa realidad ya se percibe en las inmobiliarias y en los nuevos lanzamientos.
¿Es posible que, en este contexto, reaparezcan las hipotecas y que el mercado migre hacia emprendimientos que se sustenten en una demanda genuina de clase media, y no en inversores? A mi juicio, el aumento de las tasas de interés que los bancos están hoy pagando por plazos fijos para contener la fuga de capitales, atenta contra ello dado que se les encarece el costo del fondeo y en consecuencia, el crédito. Tampoco pareciera que la inflación vaya a contenerse en el corto plazo debido a la inercia con la que viene la carrera por los aumentos salariales y la política del gobierno, que procura incentivar el consumo interno con mayores subsidios e intervención estatal. Como no se prevé una recesión, la inflación puede continuar siendo alta. Ese escenario, que no propicia grandes inversiones privadas, tampoco alienta la reaparición genuina y sustentable del crédito hipotecario.
¿Qué hacer ante esta realidad? Prudencia, diferenciación, búsqueda de oportunidades y mayor profesionalismo para procurar detectar negocios realmente atractivos, debe ser nuestro norte. No tenemos otra alternativa.
Arq. Damián Tabakman
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© ReporteInmobiliario.com, 2003-2011, jueves 13 de octubre de 2011
