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VILLA URQUIZA

Sensatez y responsabilidad A partir de la tragedia del derrumbe de Villa Urquiza la industria toda aparece sindicada de construir inadecuadamente. De uno y otro lado asombra la ligereza e irresponsabilidad con que se buscan culpables para obtener y/o defender intereses políticos mas allá del verdadero drama.

VILLA URQUIZA
Tragedia. Sin palabras. Ante todo respeto.

Respeto que merecen las victimas. Respeto por la justicia que merecen ellos, sus familias y todos nosotros como sociedad.

Ante lo sucedido: Responsabilidad. No mera búsqueda banal de culpabilidad. Los villanos, delincuentes o irresponsables deberán determinarse para este caso puntual como corresponde a través de la justicia y por medio de las pericias técnicas que se instrumenten. Respeto por los que hacen bien, por la aplicación de la ley y por la contundencia de las sanciones que correspondan para quien o quienes correspondan.

Seriedad, sensatez y responsabilidad, deben anteponerse ante la irresponsable generalización de un accidente/catastrofe o negligencia a toda la actividad, como desde determinados sectores se intenta instalar.

La industria de la construcción es sin dudas una de las más riesgosas y a su vez mas transparentes. No existe hasta ahora tecnología o medio para construir que exima de determinados riesgos. No sólo eso, lamentablemente por su ejecución, a cielo abierto, en un determinado lugar donde se dan cita numerosas personas, máquinas, herramental y materiales pesados, las construcciones derivan en inconvenientes temporales para los vecinos. Ruidos. Cambios en la fisonomía. Trastornos de estacionamiento. Suciedad. Hay formas de mitigar y reducir los riesgos e inconvenientes pero no de anularlos. La única forma de lograrlo es no hacer. No construir. Lo cual no debería ser una opción válida, no sólo para los que participan en la industria, sino para una sociedad que requiere crecer, renovar stock edilicio y mitigar aunque aún de manera insuficiente un abultado déficit habitacional. Sin embargo, es lo que parecieran desear a partir de sus opiniones determinados funcionarios y políticos que sólo buscan dirimir rápidamente sus responsabilidades o bien capitalizar una desgracia electoralmente. A ellos se suman vecinos en los que impera un espíritu xenofóbico o un disfrazado afán arqueológico.

Todo aquel que haya aunque sea remodelado su baño o reparado un m2. de revoque de la pared de su casa, sabe que debe empezar por algo molesto, incomodo, sucio, complicado, riesgoso y a veces sumamente costoso para obtener el beneficio de esa mejora. Los habitantes de las casas bajas que hoy se oponen a cualquier construcción vecina, desconocen u olvidan el origen de destrucción del ambiente que también vulnero quien construyo la casa que ellos mismos habitan en la actualidad.

La enorme mayoría de quienes lidian dirigiendo obras y padeciendo su complejidad, han finalizado desde el año 2000 hasta mediados del presente 13.140 edificios en propiedad horizontal en la ciudad de Buenos Aires, empleando mensualmente de manera directa a casi 70.000 obreros, respondiendo técnica y legalmente por su rol. La gran mayoría de los profesionales sabe, además, que economizar en seguridad y estabilidad no es una opción, es suicida u homicida.

Seriedad, sensatez y responsabilidad, deben imperar para determinar objetivamente causas, responsabilidades y sanciones. Seriedad, sensatez y responsabilidad para ser justos con las victimas del desastre de Villa Urquiza y con todos aquellos que trabajan con responsabilidad en la construcción.

© ReporteInmobiliario.com, 2003-2010, miercoles 11 de Agosto de 2010

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